Son las cuatro de la tarde. La
sesión se está llevando a cabo hace rato. Pero no es hasta que llegan tres
pibes por 7 desde Plaza Rocha que la cosa se pone seria. Los gritos de alegría
de la banda skatera al divisar que
los recién llegados traen la baranda
(un caño de metal con dos patas reforzadas), se mezclan con el ruido de los
colectivos, autos y centenares de personas que pasan por la plaza. Ante la
amenazante mirada de los policías del Ministerio de Obras Públicas, que esperan
con ansias el escape de alguna tabla para el lado de los vidrios, que los
habilitara a echar a los pibes que “están todo el día con la tablita”; los pibes se acomodan codo a
codo para darle a la baranda.
Dispuestos a patinar hasta el
último rayo de luz, con un simple “voy” o inclusive con una mirada, van uno por
uno a intentar una prueba en el obstáculo. A partir de las seis de la tarde y
con un intervalo de entre 15 y 20 minutos, dos o tres se escapan con envases de
cerveza por 58 hasta llegar al mercadito sobre 8. Contados minutos más tarde
aparecen con dos “palermos” bien frescas. “2 por 15 pe’, no se piensa dos
veces” argumentan.
Esta plaza para muchos no es más
que el ministerio de Obras Públicas sobre 7 entre 59 y 58, el “edificio ese
gigante”, el cajero Link o la parada de colectivo. Un lugar de paso, con
bancos, barandas y piletones que no merecen ninguna especial atención. En
cambio, para estos quince o veinte pibes, “obras” lo es todo. Para ellos los bancos, negros por la vela y las millones de
pruebas que se le intentaron; los piletones,
con marcas de ruedas en la fina capa de polvo que acumula; y la baranda
pegada a la fuente, en la cual un error significa la muerte de una tabla por
culpa del agua de lluvia acumulada, son únicos e inigualables.
La sangre de cientos de palos y
caídas, mezclada con el sudor de días y noches de skate forjaron a esta familia
de skaters, que nunca deja de sonreír mientras patina. Hay personas que hablan
del Skateboarding como un deporte individual, se nota que nunca vieron a esta
banda patinar.
Por Tomás Lluna
Fotos: Matias Di
Jeremías - 5050
Castor - Bs Lipslide
Castor - Bs Lipslide
Castor - Bs Crooked
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